El 2012 no fue un
año fácil. Esta montaña rusa de emociones llegará a su fin mañana y yo
solamente puedo celebrar porque aunque tuve muchos momentos inolvidables, sufrí
más de lo esperado. Dí mi cariño a quienes no lo apreciaban y sufrí por ello; hice
sentir mal a amigos cercanos y no valoré lo que me ofrecían. No aproveché
muchas oportunidades. Alcancé objetivos que tenía desde hace años, pero me encontré
solo en la meta; me sentí solo. Me sentí irremediablemente solo.
Me creí importante,
me creí potente, me creí valioso y el destino se encargó de ponerme en mi
sitio. Mi ingenuidad me llevó a sacrificar cosas importantes por personas que
no lo merecían y a desperdiciar tiempo en lo que ahora es evidentemente inútil.
No pude decir adiós.
Recordé lo que es la muerte y aprendí lo que significa la distancia… y aún
sufro por ello. Creí que la gente a mí alrededor lo estaría por siempre y me
equivoqué.
Tuve problemas;
estuve enfermo y deprimido; unos se alejaron y otros vinieron a ayudarme, a mostrarme
lo que significa querer a alguien. Aprendí que no todo el mundo muestra el
cariño de la misma manera, pero que no todo el mundo puede entenderlo. Tuve
problemas de papeles, odié la administración francesa y odié estar en el
extranjero.
Pero no todo fue
malo: conocí lugares increíbles (Roma, Istanbul, Zagreb, Ljubljana, … ),
lugares que nunca pensé llegar a conocer. Viví experiencias geniales y aprendí
mucho de cada una de ellas. Compartí buenos momentos con personas interesantes,
estuve cansado de tanta rumba y la buena comida no faltó. Tuve mi diploma de
ingeniero! Pude hacer sentir orgullosa a mi familia y eso me hace más que
feliz.
Conocí personas
increíbles. Personas que no te dejan tiempo de estar triste porque con ellas la
tristeza desaparece, personas que se preocupan por ti, que confían en ti, que
te comprenden y que son capaces de sacrificar un fin de semana por hacerte una
sorpresa para subirte el ánimo. Personas con las que no puedes enojarte a pesar
de que te hacen perder tu teléfono (Hahaha). El tipo de personas que quisieras
guardar por el resto de tu vida. (¡¿por qué abolieron la esclavitud?! ... lol!)
Disfruté mis
trabajos y mis estudios, aprendí mucho y cada una de las cosas malas que
pasaron me dejó lecciones de vida. Para cerrar con broche de oro, pude celebrar
navidad en Francia con alguien de mi familia y hasta hubo gente de mi bella
época del colegio que vino a verme.
El 2012 no fue un año fácil,
pero por ahí encontré hace algún tiempo una frase en francés que lo explica
todo:
« La vie est comme un arc-en-ciel : il
faut de la pluie et du soleil pour en voir les couleurs. »
A. Ramaiya.
A. Ramaiya.
Les deseo
un 2013 lleno de alegrías, de experiencias y lecciones que los hagan sentir
vivos.
Disfruten la vida!