viernes, febrero 27, 2009

hago el post en esta ocasión porque no quiero perder el hábito de escribir, aunque en realidad no tengo ni idea de la razón del mismo. Tal vez pueda hablar de las cosas tristes de la vida que suelen tocar más fácilmente a las personas, supongo que porque a las personas que no sufrimos tanto nos gusta sufrir con los problemas de los demás ... o bueno, puede que esté equivocado, que todas nuestras vidas sean igualmente difíciles, que todos suframos de una u otra manera y que por esto no sea necesario escuchar otras situaciones tristes, pero siendo así las cosas no entiendo por qué a la gente le gusta escuchar historias tristes...eeemm... mejor no, de cosas tristes no.

A pesar de este clima tan pachuco que hay en Bogotá, de las visibles ganas de algunos que rodean mi vida de hablar de "pequeños" problemillas que hacen la vida un poco más interesante pero aburridora al mimo tiempo, de los intentos de pasar por alto estos problemas para prohibirles un nivel de importancia, de trascendencia mayor en nuestras vidas, de la falta de valor -desde mi punto de vista justificable- de enfrentar estos "pequeños" problemas por miedo a derrumbar la vida estable que hemos estado armando desde hace ya un buen tiempo, de la "pequeña" derrota que tal vez no seamos nunca capaces de superar, o que quizá algún día genere la más grande revolución de nuestras vidas -porque los "pequeños" porblemas también crecen con el tiempo y pueden volverse absolutamente insostenibles-... a pesar de todo esto, hoy no se hablará de cosas tristes.

Bue... siendo así las cosas y revisando lo que ya se ha escrito, prefiero no escribir más por hoy.