viernes, junio 01, 2007

Pienselo... es por el bien de todos.

Ya es hora de escribir. Dejé prácticamente abandonado este blog por mucho tiempo, pero ahora la situación de la educación del país y en especial la de la Universidad en la que estudio me tiene muy preocupado y quiero aprovechar este espacio para decir lo que pienso.

Como algunos sabrán, la Unal –y muchas otras- está cerrada desde hace algunas semanas como símbolo de protesta a un artículo del Plan Nacional de Desarrollo que la obliga a cubrir una parte de su pasivo pensional, deuda que hasta el momento cubría el gobierno; los estudiantes marchamos, llenamos las calles de pupitres, rodeamos con velitas la Universidad, acampamos y gritamos en las calles porque esto no suceda, pero desafortunadamente el gobierno de este país es demasiado indiferente con nuestros reclamos, con nuestros derechos.

Esta semana se convocó a una consulta electrónica en la que se preguntaba si queríamos volver a clases o seguir sin clase. Yo me pregunto, ¿quién no va a querer volver a clase? Si estamos en la Universidad es precisamente porque queremos aprender y porque vinimos a estudiar, si no ni siquiera nos habíamos esforzado por entrar allí -tarea que ya de por sí no es muy sencilla-, pero es que si entramos a clases no nos pueden meter los dedos a la boca diciendo que mientras estamos estudiando vamos a poder seguir con la protesta, o es que cuánta gente va a poder marchar o asistir a asambleas mientras tiene parciales, trabajos, exposiciones y talleres por presentar. Es lógico que entrar a clases significa dejar las cosas como están, conformarnos con que nos quiten alrededor de 90 mil millones de pesos –en el caso de la Nacional- que perfectamente podrían seguir siendo invertidos en la educación de los Colombianos.

Yo personalmente no participé en la consulta, y no lo hice porque ninguna opción me gusta: si entramos a clases perjudicamos al país y si no lo hacemos corremos el riesgo de perder un semestre, como ya le pasó a l@s compañer@s de la U. Pedagógica. Los resultados salieron ayer y eso me ayudó a tomar una decisión: no quiero entrar a clase hasta que el problema se haya solucionado: como dicen algunos: “seguiré en pie de lucha”. ¿Y por qué lo hago? Porque no me parece justo lo que pasa con la educación, lo hago porque yo, así como los demás colombianos, tengo derecho a una educación de calidad, también porque no estoy dispuesto a dejar que el país en el que vivo se convierta en un lugar sin educación, sin futuro; lo hago porque quiero que la plata se invierta educando a la gente, no matándola; quiero defender el presente y el futuro de la Universidad nacional, la única opción que tienen miles de personas con bajos recursos para salir adelante y siento que como estudiante de allí es mi responsabilidad buscar mantener a la Nacional así como me la entregaron a mí: siendo una de las universidades con mayores logros en el país y una de las pocas en las que aún hay gente de estratos 1 y 2 demostrando que con un poco de ayuda pueden llegar muy lejos.

Yo quiero estudiar, quiero terminar mi semestre porque bastante sí me he esforzado, pero no puedo permitir que vayan desangrando la Universidad; estoy consciente del enorme esfuerzo que han hecho mis padres por tenerme acá en Bogotá estudiando y precisamente para que ese esfuerzo valga la pena seguiré exigiendo lo que por derecho merezco: una educación pública de calidad.

Pdta: Ya estoy cansado de que haya comentarios que traten a los estudiantes de las U. públicas de guerrilleros, desocupados, vándalos, perezosos, desadaptados, etc etc etc. Por favor, antes de escribir esas cosas mire por qué protestan y si tienen razón o no. Las marchas de hasta 250.000 personas no se hacen porque la gente no quiera clases y las universidades no están paradas porque los estudiantes no queremos terminar el semestre –de hecho eso es hasta estúpido, ¿quién va a querer botar a la basura todo el trabajo de medio año?- sino porque debe haber algo que está realmente mal en el país; por favor, piense un poco antes de tomar una posición.